sábado, 15 de febrero de 2014

"Y colores en el viento descubrir..."

Cuando estés triste. Cuando te sientas solo. Cuando nada tenga sentido. Cuando no entiendas qué se supone que tenés que hacer de tu vida. Salí y enfrentate a un temporal. Cerrá los ojos y sentí cómo el viento te cachetea, cómo se mete en tu cuerpo y te hace vibrar de vida. Cómo logra hacerte sentir cada miembro. La forma en que te recuerda la fuerza y el poder de la naturaleza. El viento nos despierta, nos zamarrea de nuestra cotidiana existencia y nos grita "Ey! Qué te pasa? No te das cuenta lo mágico, lo majestuoso de estar vivo?". Creo que eso quería decirnos esta vieja canción de Disney. El viento nos invita a descubrir colores en él y salir a pintar el mundo. Seamos pinceles, mamarrachiemos... Después de todo, no es la vida un único boceto?

Haciendo amor

Amor es tu piel sudada pegada a la mía.
Amor es la fugacidad de una caricia, es fugarnos en caricias.
Amor es sentirte dentro.
Amor es nuestro movimiento frenético, vicioso.
Amor es tu forma de mirarme, aún con los ojos cerrados.
Amor es tu boca recorriendo la cartografía de mi cuerpo.
Amor sos vos buscando mi placer.
Amor soy yo encontrando el tuyo.
Amor es la respiración agitada que se escapa de a bocanadas por la ranura de nuestra sonrisa.
Amor son los gemidos que atraviesan la muralla de tus dientes apretados.
Amor es tu cuerpo temblando goce.
Amor es tu humanidad desplomada sobre la mía.
Amor sos vos en ese momento de rendición, de vulnerabilidad; entregado, extasiado.
Amor es la satisfacción de sentirte mío.
Amor es la seguridad de saberme tuya.
Amor es mi cabeza hundida en tu pecho, navegando las cavidades del tiempo al compás de tus respiraciones.
Amor son tus brazos rodeándome, protegiéndome,
Amor es sentirme inmune al exterior.
Amor somos nosotros dormitando enredados entre las sábanas, enredados en sueños, enredados en mimos, en risas.
Amor es esto y mucho más.
Pero sin amor, no son más que dos cuerpos sedientos, acortando camino en la búsqueda del placer individual.

Reflexiones de bondi

Veo un tipo grande. Veo fragilidad. Veo vejez. Veo una alianza. Una alianza que resbala por un dedo que solía ser fuerte, resistente. Veo amor. Amor que, pese a las décadas sobrevividas, se mantiene, se honra, se respeta, se añora, se defiende. Veo ese dedo que flaquea, esa alianza que hoy le queda grande. Y es que ya a esa edad la vida le queda grande (O es él demasiado grande para la vida? Vaya uno a saber). Vi emoción. Emoción mía. Admiración quizás. Y hasta un poco de miedo... ¿Encontraré a alguien con quien compartir una vida de obstáculos? ¿Alguien con quién llegar a esa edad pasada de moda? ¿Alguien que no le importe que sus dedos no puedan más con ella, él cargue con la alianza igual y me de la mano en una plaza cual incursionistas adolescentes del amor?
Ay soledad soledad, cómo te gusta hacernos temblar! 

viernes, 31 de enero de 2014

Atardeciendo en la 40

Que hipnotizante
mística
adictiva que sos
ruta.
No voy ni vengo,
ni soy ni fui ni seré.
Estoy
en ningún lado,
en todos;
Acá y un poco
allá.
Llenándome de inmensidad
de diversidad.
Me regalás paisajes
que pintan mi 
alma
y la expanden
y la desesperan
por no ser capaz de retener
la belleza de esa imagen.
La eterna dicotomía
del momento
entre 
intenso
y
estático.
La música,
el mate,
un libro,
una charla...

¡Todo es tan distinto
cuando es con vos
ruta!


lunes, 7 de octubre de 2013


La ciudad duerme cuando el antro despierta y ellos entran. El trance es paulatino, pero místico; un mundo surrealista abre sus peligrosas puertas a lo que parece un sueño (o una pesadilla). Los sentidos adormecidos por las sustancias etílicas, las luces titilantes, el aire viciado de humo que asfixia, el cerebro aturdido de sonidos disonantes. Los cuerpos convulsionan en masa al ritmo de ruidos repetitivos y aturdidores; los brazos se elevan, la cabeza revolea la melena, una voz que se siente ajena grita notas en tonalidades desconocidas, libres de inhibiciones. No hay juicios de valor, solo simples cuerpos necesitados de movimientos descordinados, mentes saturadas ansiosas de descanso. Sólo existe el ahí, el ahora. Todo son extremos, una mortal combinación entre paraíso y purgatorio.Se intoxican, se olvidan, se matan y reviven. Todos solos. Todos juntos
Me faltás, me falto.
Faltamos
Saltamos?
Atajame
Falta-ausencia de-espacio vacío
No me atajás (ya no estás)
Impacto
Eco
Palabras significantes para la insignificancia
Inexistencia;
existencia dentro de existencia.
Existencia doble,
transformada en simple
transformada en llanto
que se transforma en río
que me ahoga,
que te salva.
Ser o no ser?
Somos
-Éramos-
Me
dejaste
sola
siendo.

El sexo de las miradas

De repente, sin previo aviso, sus miradas se encontraron. Sus ojos reflejaban pasión y desenfreno, los de ella amor y dulzura. La desviación de su mirada fue el pie a un sexo sin manos, sin cuerpo, sin palabras, tan solo con los ojos.


Dejándose llevar por la fuerza de su mirada ella se dejó desvestir, dejando caer, inexpertamente, su vestido celeste. Rápidamente miró para otra parte, avergonzada, pero sabiendo que eso no ocultaba su desnudez.



Él, que ya tenía experiencia en ese tipo de actos, se hizo desear un poco. Finalmente ella pudo, lentamente,desabotonar su verde camisa y así recorrer su pecho de pensamientos y sentimientos, mientras él se deslizaba entre sus curvas de miedos y esperanzas. Entre palabras y caricias, y corazas y barreras esparcidas por el suelo, el clímax los sorprendió dejándolos al descubierto. Sus miradas desnudas expresaban todo lo que sentían. Ya no había pensamiento no compartido, ideal no discutido, ni sentimiento no demostrado entre ellos. Lo que había pasado hasta ese momento entre ellos no importaba, solo importaba ese trance conseguido.



Entonces, y recién entonces, la mujer le permitió empezar a desvestirla.


Nacemos, vivimos, morimos. El inevitable círculo de la vida. Pasamos por el mundo como aire entre las manos. Hay quienes dejan su marca y son recordados a través de los siglos. Pero él solo es parte de ese plural colectivo, el común denominador.
Un par de cartas o de fotos; testimonios de que alguna vez fuimos cuerpo y mente, no solo polvo y olvido. Algunos muebles, ropas, accesorios; testigos de una vida empacada. Por algún lado alguna novia o amante, algún amigo o familiar, sobrevivientes indefinidos, hay esperanza. Pero él está en la cornisa, a un paso de todo lo que fue o pudo ser. Todo lo que no fue y nunca será. El, simplemente, ya no es.
Toda su existencia resumida a eso: cinco cajas, unas llaves y un salto.
Dos personas abajo lloran. El resto no escucha. Está sorda de realidad, de mundo que no para ni espera.
Los autos siguen pasando, los celulares siguen sonando, la bolsa sigue oscilando. La ficción se mantiene, nadie quiere afrontar el derrumbamiento de esta inercia que nos mantiene vivos.
Tiembla, duda, se decide.
El pie se adelanta a la mente. El cuerpo cae, el corazón quedó arriba. Ventana a ventana, piso a piso, historia a historia descubre la solución, los pilares que sostienen esta máquina. Quiere detenerse, gritarlo, hacer sonar el despertador del mundo. Pero no entiende que el despertador suena hace rato y todos duermen. Nadie quiere despertar. Él pertenece a la elite de los despiertos. A esa pequeña minoría que rompe el contrato con la vida. Esa cláusula que firmamos al llegar al mundo: sobrevivir.
Pero toda su revelación se entierra con él dos centímetros en el cemento.
Una bocina suena, una mujer grita y sus cajas se queman.
Todo quedó atrás: esas noches sin nombre, esos días sin huellas.
Otro fantasma olvidado, otra víctima de un sistema tragamonedas. Todo nos saca, nada devuelve.

Oficinistas

Son ellos ¿quiénes?


Los que caminan
esclavos de agujas
chocando y chocados,
mirando sin mirar.
Abstraídos,
hablándole al aire
palabras sin sonido.


Son ellos, ¿quiénes?


Los que no andan,
corren;
ansiosos, entrajeados,
encaretados.
Los insatisfechos,
nunca felices y
quejumbrosos...


Son ellos,
somos nosotros.


Son todos,
deseando ser ninguno.
Buscando ser lo que 
nunca serán:
libres.
Otro desgarro, otro rasguño, otra herida abierta en esta marioneta de trapos rotos, de dolores viejos, de amores con perfume a historia gastada.
Te observo recostada frente a mi. Tu insolenta desnudez me invita a profanarte, me invita a tocarte, a deslizarme por entre tus suaves curvas asimétricas. Mis dedos osan ir un poco más allá, corromperte, hacerte vibrar contra mi al ritmo de una canción ineterminable. Explorar juntos los sentidos, ese despertar de sensaciones nuevas, esa revolución de sentimientos.
Y así nos vamos consumiendo, me consumís hasta hacerme parte de vos de tu esencia insocavada, de tu cuerpo puro, de tu música impenetrable. Amante eterna, amiga fiel. ¿Qué haría sin vos guitarra mía?

Sobre besos y algo más...

Tantas cosas se han escrito sobre besos...
Texturas, sentimientos, sensaciones.
Erotismo, amor, despecho.
Dulce, amargo, intenso.
Pero nadie habla sobre el instante previo a semejante encuentro. Ese cambio casi imperceptible en las miradas que hace que la sangre se hiele y el corazón de un vuelco y el aire se escape de nuestro pulmones.
Es ese ínfimo segundo en el que se acuerda tácitamente que llegó el momento y se siente esa determinación insegura pero descontrolada. Ya no hay vuelta atrás, pareciera que alguna fuerza desconocida haya frenado el mundo por un instante y haya decidido que esa tensión corporal que se escapa de los poros deseosos de esos simples mortales se sometan a sus intenciones colisionando en un beso furtivo, concediéndoles la profanación de esos cuerpos caóticos y errantes. Tantos adjetivos para describir lo que no llegará a ser ni 3 segundos... Será que ahí radica la magia de tan deseado momento?

jueves, 5 de septiembre de 2013

Payamedicineando

Aparecemos
Acontecemos en fugacidades, acontecemos fugándonos
Devenimos en multiplicidades:
Conformamos
Pretendemos
Somos

y a la vez,dejamos de ser
transformándonos,
vibrando vida
esquivando muerte.

Transformando un tropezón, en un
paso de baile.

martes, 6 de agosto de 2013

"Todo es un cuento, Martín. Lo que creemos, lo que 

conocemos, lo que recordamos e incluso lo que soñamos. 

Todo es un cuento, una narración, una secuencia de sucesos 



personajes que comunican un contenido emocional "

viernes, 5 de julio de 2013

Y supiste ser mi enano y mi gigante

Florencia y Sebastián tienen un ritual de lo más particular. No se ven mucho ni se hablan demasiado, pero cada vez que se encuentran la magia comienza a percibirse en el ambiente. Acostados en una cama angosta, mitad despiertos mitad dormidos, discuten sobre la vida, sobre el mundo, sobre ellos mismos; sus miedos, sus alegrías, sus incertidumbres. Y a medida que la charla avanza Florencia hunde su cabeza cada vez más en las profundidades del pecho de Sebastián y los brazos de él se van cerrando alrededor del torso de ella hasta dejarla inmersa en la oscuridad total. Pero es una oscuridad apacible, segura, que la invita a bajar las barreras y sentirse chiquita, vulnerable, humilde. Y ahí está él para protegerla, para amortiguar el dolor, para mantener unidos ese conjunto de pedazos que la componen -que, crueles e impunes, amenazan con desarmarse a cada segundo-. Le acaricia la espalda despertando los sentidos y apagando el raciocino, recordándole el placer y de estar viva. Y justo cuando Florencia cree que no puede hacerse más chiquita él la suelta e intercambian puestos. Sebastián se cobija en el mullido pecho de ella y exhala partes de su atormentado ser. Y Florencia lo siente empequeñecer a cada exhalación y lo abraza más fuerte, casi aterrada de que se le esfume de entre los brazos. Lo deja exponerse, enfrentarse a su pequeñez y a la vez a su grandeza, abrazarla, aceptarla, amigarse con ella.
Hasta que él se suelta. Y quedan así, pegados, sonriéndose, mirándose fijamente a los ojos, respirando intimidad. La burbuja ya se rompió, la vida sigue, pero no les importa. Ellos se saben enanos y gigantes, luchadores y vencidos. Y con esa levedad que esa certeza les otorga, levantan lentamente las barreras nuevamente y salen a ponerle el pecho a la vida.    

.



"Mike, vivo asustando pero el único que vive realmente aterrado soy yo"

Historias de Bondis

Es viernes, 7. 30 a.m. y Julieta se sube al colectivo de todas las mañanas que la deja a dos cuadras de su colegio. Localiza el único asiento vacío y se sienta sin pensarlo dos veces. Su somnolencia la hizo reparar tardíamente en que en el asiento enfrentado al suyo estaba ocupado por su profesora de matemáticas. Lanzó un suspiro de resignación frente al mal reencarnado que representaba para ella esa maestra, su materia y todo lo que se asemejase, por lo que rápidamente desvió su mirada hacia la ventana. Quizás así podría fingir no haberla visto y se ahorraría la charla trivial e incómoda con ese ser que tan poca simpatía le despertaba. Pero algo llamó su atención: algo así como una respiración fuerte, una especie de sollozo. ¿Acaso su profesora...? Efectivamente, en un torpe intento de mirarla disimuladamente, sus miradas se encontraron y Julieta descubrió una tristeza de una profundidad desconocida en sus ojos. La vio sola, angustiada, frágil, expuesta. Lo que más la sorprendió fue su reacción: pese a la sorpresa inicial frente al inesperado encuentro, Estela -así era el nombre de pila de su profesora- no buscó disimular su estado ni en lo más mínimo, sencillamente le ofreció una auténtica sonrisa de rendición, casi diciéndole "todos somos humanos después de todo". Julieta, incómoda, desvío nuevamente la mirada hacia la ventana y comprobó que la siguiente era su parada. Ambas se incorporaron y esperaron en silencio que el colectivo se detenga. Al bajar, Julieta sacó un pañuelo de su mochila y se lo alcanzó. Estela aceptó el gesto de complicidad; se sonó la nariz y se limpió el maquillaje corrido.
-Solessi, decile al curso que los espero a las 10 en el aula de examen- le dijo la González a su alumna de 5to B y apretó el paso.  

viernes, 28 de junio de 2013

Conversaciones entre una incomprendida y un sobreentendido

-Me pinto segura, pero la inseguridad me carcome, me hace frágil. Ser susceptible tiene sus ventajas: se es susceptible a las cosas lindas y se las siente más plenas, así como se es susceptible a las cosas tristes y duelen más. Mi sensibilidad es mi don y mi condena.

-Yo no le veo nada de malo. El amor es vulnerabilidad. El amor es entrega, por ende es vulnerabilidad. Así que me parece una gran cualidad que seas vulnerable. De lo lindo quedan recuerdos y del dolor se aprende. Todo pasa.


miércoles, 27 de febrero de 2013


Yes!

"Irradiás amor"
me dijiste

Tu mirada sincera
Tu sonrisa dulce

"Irradiás amor"
me dijiste

La voz decidida
La frente en alto
Y todo los otros cumplidos
parecieron eclipsarse
tras esas dos palabras mágicas

"Irradiás amor"
me dijiste

Cuano estaba perdida
me reencontraste
e iluminaste
el pozo sin fondo de mi autoestima

"Irradiás amor"
me dijiste

¡Y que ironía de la vida!
La que se enamoró,
fui yo


" (...) No  era  posible que por la falta de una brújula universal el tiempo cubriera de otoño a los canallas que siguen regando dolor como si empuñasen mangueras. No se trataba de un resentimiento enfermizo, como alguien podría asegurar con ligereza, sino sed de justicia. Los delincuentes de hace poco o sus discípulos de ahora nos empujan con risas en el comienzo del nuevo milenio, como si el planeta fuese un carnaval de perversiones. Están imponiendo la convicción de que todo es banal, especialmente el derecho y la vida. Son iluminados que prometen el paraíso e instalan el infierno. Apelan a la religión, el nacionalismo, las etnias, el idioma, incluso las anémicas ideologías. Cualquier recurso sirve; los anacrónicos, más. Mientras tanto, hablan del amor —a Dios, a su pueblo, a su cultura, a su país, a sus tradiciones—, pero segregan odio. Litros de odio."

Los Iluminados, Marcos Aguinis

martes, 26 de febrero de 2013

Hoy hace cuatro años
tenía lugar
una tarde muy particular

garcioso que en ese entonces
-tan cercano, tan lejano-
no supiésemos 
el antes y el después
que para nosotros significó

y es que tan pocas veces uno sabe
con certeza
que ese día 
puede ser la visagra
entre lo que somos
y lo que podemos ser

de fondo escucho
"pero dos que se quieren, se dicen cualquier cosa"
y pensar que antes -ingenua de mi- sólo pensaba que se refería a cosas lindas
pero "un corazón no se endurece porque si", no?
con una sonrisa amarga, hoy entiendo esa segunda parte

pero hoy me conformo
con que nos recordemos sin rencor

sábado, 16 de febrero de 2013

Hasta que la realidad nos separe
By @accion_poetica

Un día, así, sin avisar, me topé con un conflicto. Y así suele ser, no? Irrumpen de improviso en un día, podría decirse corriente y nos dejan sin aliento. Pocos son los que amablemente -o no tanto- nos tocan la puerta para darnos una mínima ventaja previsiva y muchos menos los hay que te manden un mensajito de "estoy abajo" para ir haciéndote a la idea.
Pero bueno, resulta que este conflicto ni me tocó la puerta, ni me mandó un mensajito. No, este cayó de prepo, a las trompadas. Y me dejó desorientada, angustiada, frustrada y muchos otros "ada" fáciles de imaginar. Y ante tantos adjetivos descriptivos negativos -traducidos en mi cuerpo como espantosas sensaciones- me dirijo directamente al mar, situado exactamente a una cuadra de distancia del paradero de la mala noticia.
Siento la arena tibia en mis pies, el aire salino en la cara. Contemplo el océano y su inmensidad y su belleza y su fuerza... ¡Que increíble sos naturaleza! ¡Vos tan grande y perfecta, nosotros tan pequeños y llenos de errores! Decido ahondarme en tan magníficas profundidades, tambalearme al son de las olas, dejar que el agua salada ahogue todos mis poros, que su violencia tire de mis extremidades de un lado a otro. Y cuando sumergo la cabeza: silencio. El silencio mas puro e inquebrantable. Solo escucho el sonido de mis latidos en los oídos, el del aire escapándose por mi garganta. La realidad me es ajena, la gravedad misma se ha olvidado de mi. Mi cuerpo es una pluma que flota a la deriva. Y entonces comprendí todo: solo somos eso, simples plumas flotando a la deriva movidas por fuerzas superiores. Podemos luchar, tomar decisiones acertadas y erróneas, pero jamás controlaremos el curso de nuestras vidas. Somos simples átomos parte de esta molécula terrestre que conforma una mínima parte del universo celular.
Mi cabeza resurge; lleno los pulmones de oxígeno. La vida sigue, la vida duele, la vida es linda.
Hace días que intento escribir una experiencia reciente. Lo intenté todo: poema, historia, microrelato. Nada me convence, ningún estilo logra reflejar lo que sentí, lo que ese momento significó para mi. Y no es la primera vez que me pasa algo de este estilo. Fue ahí que descubrí que hay momentos que están hechos especialmente para que uno lo viva y lo atesore adentro suyo. Hace poco leí un libro que rezaba "el que puede decir cómo arde sólo sufre un fuego pequeño". Y será que cuanto más se siente, menos son las palabras precisas que transmitan la dimensión de las sensaciones, no?

sábado, 26 de enero de 2013


Te acordás cuando dijiste:
"Si digo yo, digo vos"

Y ahora te fuiste,
Llevandome a tu paso
Y no soy tan yo
Ni tan vos
Ni tan nadie

Ni mi boca
Ni mi pelo,
Ni mi aspecto
Me distraen de ese par de ojos inquisidores fijos en el espejo

Simplemente yo frente a mi misma;
Simplemente una desconocida buscando identificarse con la imagen  que el espejo le devuelve.

La eterna lucha entre la imagen y el ser

Vitácora de la capitana

Irse a dormir con una sonrisa y sin pensar y despertarse con otra sonrisa y esperanza. 

Vamos mejorando.
Una de la mañana y tres amigos -dos mujeres, un varón- a las carcajadas en el colectivo. Perfectamente sobrios, embriagados no más de ideas flasheras y ansias de sentir que nada en el mundo puede contra ellos en ese momento, porque ¿qué malo puede pasarle a tres adolescentes tentados y felices en una noche de viernes veraniego? La demás gente del transporte público los observa; algunos se ríen contagiados, otros simplemente los ignoran y hay quienes los observan con mala cara. Pero, después de todo, lo que realmente desean en su interior es poder ser esos tres locos tentados: reírse hasta el llanto de algún chiste/idea que ya ni clara está, saber que en ese momento son plenamente felices, sin importar nada que no sea ese viaje en  bondi, esa joda, esa risa incontenible y poder mirarse en los ojos y saber que ese momento es único, irrepetible y mágico, que son jóvenes y que en ese instante nada puede interferir en ese limbo de complicidad y amistad para toda la vida. 
Media hora más tarde, aquellos fieles emisarios de juventud y sonrisas se bajan. Y a su paso dejaron a un público que, aunque seguramente aliviado, comienza a extrañar aquellos agentes de conciencia colectiva que, por alguna jugada del destino, fueron designados a ese colectivo para recordarle a ese grupo de usuarios la magia de la risa desenfrenada, la amistad, la complicidad y la juventud. 
¿Será que a veces nos encerramos en el dolor
esperando ansiadamente el momento en el que alguien
-con suficiente valentía e interés-
se anime a pedirle permiso 
a tanta sonrisa falsa
y le toque la puerta
a tanta lágrima reprimida?















jueves, 10 de enero de 2013


Graan observación encontrada en otro blog, vale la pena


 Las mujeres. Seres extraños, que fuimos centro de inspiración en la literatura, en generar locura en el mundo, caracterizadas por no poder ser entendidas por el género opuesto. Así, generamos arte. Arte que se ve, y que se escucha.
                Somos víboras, somos arañas, somos ángeles, somos miel. Nos hacen perfiles de tipos de mujer constantemente que te encasillan en una etiqueta según ciertas características que tenés. Y experimentando arte, expresando sentimientos acerca de algún amorío con alguna de nosotras, dos autores crearon dos nuevos perfiles de mujer. Binomizando, en mi opinión, estos dos perfiles contrapuestos pueden representarnos a todas las mujeres en su totalidad. Las mujeres somos santurronas o wachas piolas.
                La santurrona es muy fácil de ser definida. Al principio de la obra el autor nos provee con una definición muy explícita y clara acerca de lo que es una santurrona: “la academia de la lengua española la define como wacha ke se hace la santita pero es una flor de turrita!!!”. La santurrona, es aquella mujer que le es constantemente fiel al comportamiento esperado por la sociedad acorde a su género. Es reservada y vergonzosa, le da vergüenza mostrar su busto “las gomas” y sus glúteos “la burra”. Es por eso que el emisor le debe insisitir constantemente a desenvolverse sexualmente exclamándole “dale dale dale dale” “moveme esas gomas” “moveme esa burra” y otros derivados.  Pero, la santurrona no quiere hacer eso, ella es una lady, una dama. Aunque su deseo probablemente sea responder de manera positiva a los amables pedidos del emisor, aunque probablemente ella quiera mover las gomas y la burra, no puede ceder a perder su dignidad como mujer. Ella decide ocultar su parte “turrita”, su inconsciente, su deseo sexual. Es por eso que es una santurrona, porque respeta la imagen esperada por la sociedad de que sea una santa, pero en el fondo es flor de turra.
                Ahora bien, el autor de “Una wacha piola” no fue tan generoso de proveernos la definición de wacha piola de la real academia de la lengua española. Pero podemos ver a lo largo de la canción que ella es totalmente opuesta a la santurrona. La wacha piola “se descontrola”. Perturbado, sorprendido, el autor acota “Cuando yo me la arranco ella siempre me pide mas”. La wacha piola toma la iniciativa. Es esa mujer que no le importa el qué dirán, ni la supuesta “dignidad femenina”. La wacha piola probablemente sea una socióloga feminista: sabe que el género es algo construido y que la “dignidad” esperada no es otro de los tantos mecanismos para que la sociedad siga siendo patriarcal. Es por eso que decide olvidarse de todo eso, ella toma el control en la relación. Y como es la mujer la que tiene el poder, esto llama la atención de su pareja o más vulgarmente llamado por ella “chongo”. Él exclama “Y nunca he sentido nada como esto en mi vida”. Lógico, en una sociedad patriarcal, probablemente él nunca había tenido contacto con una mujer que tomara el control de la relación. La wacha piola no esconde la turra que lleva adentro como la santurrona, ella decide exponerla, ella es capaz de escribirse en la frente “soy una turra, ¿y qué?”.
                Dicen que los extremos nunca son buenos, pero siempre podemos tomar un poco de cada uno. Para ser mejores personas debemos aprender un poco de las personalidades que marcan al mundo, de las que creemos que tienen algo para darnos para crecer un poquito más. Tengamos el cuidado de la santurrona cuando sea necesario, pero nunca nos olvidemos de la wacha piola interior que siempre va a estar. 

Conversación entre dos brokenhearted II

-Que garcha es el amor boludo

-Y si, cuando es lindo es lo más lindo y cuando sale mal, duele como pocas cosas

-Demasiado diría yo

-Si, pero seme sincera, sabiendo todo esto, te volverías a enamorar?

-Sin lugar a dudas

-....

-Que hijo de puta

Otra noche de insomnio

Agostina se encontraba sentada frente a una vieja máquina de escribir -el sueño de cualquier escritor amateur-. Las yemas de sus dedos apenas rozaban las negras teclas con gastadas letras amarillentas estampadas en ellas, huellas del uso y del paso del tiempo. Y es que es eso lo que a  Agostina más le entusiasmaba de todo este asunto. Esas ansias de sentir una corriente súbita de inspiración, un brote de tecleo intenso; fruto de las historias que ese mágico aparatejo susurra a sus dedos sedientos de palabras precisas y adjetivos exactos. Deseaba dejarse seducir por el traqueteo de las teclas violentas contra el papel suave y que el ruido naciente del final de cada hoja aclare un poco el torbellino de ideas y el laberinto de sentimientos que fue acumulando a lo largo de su vida. Sencillamente quería sentir fluir las ideas que a ella, en esas noches interminables de insomnio, se le escapaban con la llegada del tan esperado sopor somñoliento. 
Y para cuando se dio cuenta, se hallaba sumida en un limbo de preguntas y respuestas que a menudo acudían a su mente y que, al fin, iban tomando cierta forma -si es que alguna vez ese tipo de preguntas y respuestas se pueden considerar definitivamente formuladas -:
Por ejemplo... ¿Por qué al humano le atraían tanto los objetos antigüos? Quizás por sentir que también formó parte de la vida de alguna otra persona, en algún período histórico muy diferente al actual. Será que nos depiertan curiosidad -esa llama que toda persona encierra y que es la impulsora de tantos acontecimietnos en nuestra vida- los secretos que tal objeto pueda encerrar... Testigo de momentos cúlmines, cómplice de insignificantes decisiones que definieron el destino de algún alma pasajera... Y nos sentimos irracionalmente especiales por formar parte de una historia tan lejana pero probablemente actual de alguien, porque -y eso le recuerda- ¿ acaso no vivimos repitiendo la historia siglo tras siglo? Los humanos somos reacios al cambio y parece ser que nos encariñamos con la famosa piedra con la cual tropezamos una y otra y otra vez. Y los impulsores, después de todo, tampoco cambian: el poder, el dinero, la admiración. En fin, la codicia. Pero, no puede evitar preguntarse de todos modos, ¿qué es toda la riqueza del mundo sin algo detrás? Sin la real estima, el auténtico afecto de alguien. Todos sabemos que las historias que perduran a lo largo de los años son aquellas donde el amor es protagonista, amo y señor.
Agustina se detiene: no se permite entrar en ese tópico tan peligroso para alguien que goza de escribir como ella. El límite entre melodrama, cursilada y resentimiento es demasiado delgado y tentador como para mantenerse objetivo. Y, convengamos -piensa mientras se sonríe- ¿quién es objetivo cuando de amor se trata?
Se separa violentamente de la máquina de escribir. Segunda vez que escribe esa odiosa palabra. Mejor dejarse de preguntas, trances mísiticos y preguntas ridículas. Mejor no pensar, no decir, no escribir. Relee su bosquejo de ideas: siempre tan irresueltas, tan ensimadas, tan queriendo ser todo y transmitiendo nada. Se envalentona y mira la hoja tipeada, su mejor reflejo, y descubre su gran error: no se atreve  a profundizar en serio, a llegar al origen de sus preguntas y respuestas.
Agustina re ríe y se resigna; ¿es que es tan insoportablemente inevitable que atrás de todo siempre se esconda una historia de amor?

jueves, 3 de enero de 2013

Conversación entre dos brokenhearted

-Tengo un nudo en el pecho que amenaza con ahogarme

-Tiene algo que ver con ese horrible nudo en la garganta?

-Precisamente, de tanto tragarlo, se me estacionó ahí
This is how it works: You're young until you're not, you love until you don't, you try until you can't, you laugh until you cry, you cry until you laugh and everyone must breathe until their dying breath...
 



No, this is how it works: You peer inside yourself, you take the things you like, and try to love the things you took, and then you take that love you made, and stick it into some, someone else's heart, pumping someone else's blood and walking arm in arm, you hope it don't get harmed but, even if it does,you'll just do it all again!

R.S.
Por los que se fueron. Por los que están. Por los que salen y entran en esta grandísima historia que es nuestra vida. Por los que vinieron para quedarse y por los que están por venir. Por todos los grandes y tristes momentos que nos tocó vivir y, en especial,  por los que se vienen. Por todos ellos: feliz año!