miércoles, 27 de febrero de 2013


Yes!

"Irradiás amor"
me dijiste

Tu mirada sincera
Tu sonrisa dulce

"Irradiás amor"
me dijiste

La voz decidida
La frente en alto
Y todo los otros cumplidos
parecieron eclipsarse
tras esas dos palabras mágicas

"Irradiás amor"
me dijiste

Cuano estaba perdida
me reencontraste
e iluminaste
el pozo sin fondo de mi autoestima

"Irradiás amor"
me dijiste

¡Y que ironía de la vida!
La que se enamoró,
fui yo


" (...) No  era  posible que por la falta de una brújula universal el tiempo cubriera de otoño a los canallas que siguen regando dolor como si empuñasen mangueras. No se trataba de un resentimiento enfermizo, como alguien podría asegurar con ligereza, sino sed de justicia. Los delincuentes de hace poco o sus discípulos de ahora nos empujan con risas en el comienzo del nuevo milenio, como si el planeta fuese un carnaval de perversiones. Están imponiendo la convicción de que todo es banal, especialmente el derecho y la vida. Son iluminados que prometen el paraíso e instalan el infierno. Apelan a la religión, el nacionalismo, las etnias, el idioma, incluso las anémicas ideologías. Cualquier recurso sirve; los anacrónicos, más. Mientras tanto, hablan del amor —a Dios, a su pueblo, a su cultura, a su país, a sus tradiciones—, pero segregan odio. Litros de odio."

Los Iluminados, Marcos Aguinis

martes, 26 de febrero de 2013

Hoy hace cuatro años
tenía lugar
una tarde muy particular

garcioso que en ese entonces
-tan cercano, tan lejano-
no supiésemos 
el antes y el después
que para nosotros significó

y es que tan pocas veces uno sabe
con certeza
que ese día 
puede ser la visagra
entre lo que somos
y lo que podemos ser

de fondo escucho
"pero dos que se quieren, se dicen cualquier cosa"
y pensar que antes -ingenua de mi- sólo pensaba que se refería a cosas lindas
pero "un corazón no se endurece porque si", no?
con una sonrisa amarga, hoy entiendo esa segunda parte

pero hoy me conformo
con que nos recordemos sin rencor

sábado, 16 de febrero de 2013

Hasta que la realidad nos separe
By @accion_poetica

Un día, así, sin avisar, me topé con un conflicto. Y así suele ser, no? Irrumpen de improviso en un día, podría decirse corriente y nos dejan sin aliento. Pocos son los que amablemente -o no tanto- nos tocan la puerta para darnos una mínima ventaja previsiva y muchos menos los hay que te manden un mensajito de "estoy abajo" para ir haciéndote a la idea.
Pero bueno, resulta que este conflicto ni me tocó la puerta, ni me mandó un mensajito. No, este cayó de prepo, a las trompadas. Y me dejó desorientada, angustiada, frustrada y muchos otros "ada" fáciles de imaginar. Y ante tantos adjetivos descriptivos negativos -traducidos en mi cuerpo como espantosas sensaciones- me dirijo directamente al mar, situado exactamente a una cuadra de distancia del paradero de la mala noticia.
Siento la arena tibia en mis pies, el aire salino en la cara. Contemplo el océano y su inmensidad y su belleza y su fuerza... ¡Que increíble sos naturaleza! ¡Vos tan grande y perfecta, nosotros tan pequeños y llenos de errores! Decido ahondarme en tan magníficas profundidades, tambalearme al son de las olas, dejar que el agua salada ahogue todos mis poros, que su violencia tire de mis extremidades de un lado a otro. Y cuando sumergo la cabeza: silencio. El silencio mas puro e inquebrantable. Solo escucho el sonido de mis latidos en los oídos, el del aire escapándose por mi garganta. La realidad me es ajena, la gravedad misma se ha olvidado de mi. Mi cuerpo es una pluma que flota a la deriva. Y entonces comprendí todo: solo somos eso, simples plumas flotando a la deriva movidas por fuerzas superiores. Podemos luchar, tomar decisiones acertadas y erróneas, pero jamás controlaremos el curso de nuestras vidas. Somos simples átomos parte de esta molécula terrestre que conforma una mínima parte del universo celular.
Mi cabeza resurge; lleno los pulmones de oxígeno. La vida sigue, la vida duele, la vida es linda.
Hace días que intento escribir una experiencia reciente. Lo intenté todo: poema, historia, microrelato. Nada me convence, ningún estilo logra reflejar lo que sentí, lo que ese momento significó para mi. Y no es la primera vez que me pasa algo de este estilo. Fue ahí que descubrí que hay momentos que están hechos especialmente para que uno lo viva y lo atesore adentro suyo. Hace poco leí un libro que rezaba "el que puede decir cómo arde sólo sufre un fuego pequeño". Y será que cuanto más se siente, menos son las palabras precisas que transmitan la dimensión de las sensaciones, no?