miércoles, 31 de agosto de 2011

Bueno, a ver, este intento de no sumarse a las discusiones que se generan por facebook por lo de Candela está costando demasiado. Y estoy criticando a la gente que opina sobre esto y al fin y al cabo yo también estoy opinando al hacer esto, pero no por lo que le pasó a Candela concretamente, si no por la actitud que se toma en las redes sociales por gente que parece no saber que el problema va mucho más allá de algo que cualquiera pueda solucionar con un post en algún lado. Pero esto ya parece joda, resulta que ahora de golpe todos descubren que hay gente que secuestran y matan, que hay un negocio llamado trata de blancas, que desaparecen muuchas mujeres y chicas y que hay violaciones una vez a la semana. Pero ahora vienen todos a movilizarse? No lo termino de entender. A todos nos sensibiliza, me parece triste que no sea algo habitual tanta preocupación, y que se haga algo al respecto. El año pasado, el caso del pibe que vuelve de Pachá: lo intentan secuestrar, sale a pedir ayuda, la gente no le cree, piensan que es un chorro, finalmente los secuestradores le meten un par de tiros y se muere. Y ese chico? Tampoco pudo "seguir con su vida" como Candela, como todos dicen. Se hizo algo al respecto? Y no, se siguen volviendo cientos de adolescentes en combi a las seis de la mañana y sigue habiendo la paranoia tal para creer que es un chorro cuando es un pibe desesperado porque lo salven. No los culpo eh, simplemente, él, Candela Y MUCHOS OTROS MÁS son frutos de la inseguridad que hay en nuestro país, pero no se arregla con un simple "Me Gusta" en un grupo de facebook .No señores. Y si no quieren hacer nada, también se entiende. Pero como acabo de leer en un sabio estado "Si te importa tanto Candela, salí a protestar a la calle, no a hacerte el ideólogo político en tu facebook.". Dejemos de opinar sobre lo que no sabemos gente, y  si realmente queremos que esto cambie, salgamos a hacer algo en serio. 

martes, 30 de agosto de 2011

Es increíble como nuestros propios padres nos incitan a que querramos cumplir de una puta vez los 18 y hacer lo que se nos re cante el orto

lunes, 29 de agosto de 2011

"Una valija vacía sobre la cama" (ACOBI 2011)

Ropa tirada por el piso, libros desparramados, fotos empapelando el piso, discos y espejos rotos reflejando el poco sol que se cuela por la ventana; símbolo del día que nace, de la vida que sigue. La valija vacía sobre la cama, igual que este cuarto vacío de vos sobre mis hombros; tu ausencia que no para de pesar.
El viento otoñal que sopla afuera me invita a salir, a ver que el mundo sigue y que, como esta estación, todo tiene su fin. "Que algo termina significa que otra cosa empieza" me decías siempre con esos aires de tipo mayor que tanto te gustaba refregarme (y mirá si eras trillado eh) . Lo que no me explicaste, es cómo empezar algo sin vos. ¿Qué hacer cuando tu impulso, tu inspiración desaparece?
No sé cómo un cigarrillo llegó a mis labios mientras mi mano manoteaba el fuego de tu viejo encendedor. ¿Por qué será esa irrefrenable necesidad  de fumar ante la angustia? A vos siempre te gustaba fumar en las sesiones, te parecía que le daba más misterio. "Vos nunca vas a entender la magia del humo" era tu frase favorita. Será que lo estaré empezando a entender... La sensación amarga en los labios, el calor del humo en la boca, las cosquillas bajando por la garganta, la exhalación "purificadora". Paradójico, ¿no? Que fumar purifique nuestras respiraciones. Nos consumimos a su ritmo, se consumen nuestros sueños, nuestras frustraciones, nuestras incertidumbres (¿acaso también nuestra vida?). Y todo eso lo exhalamos después en una simple pitada. Nuestros pulmones se van llenando de humo, y ¿no es eso acaso una forma de lento suicidio? Preferimos pensar que podemos más que la muerte, que somos nosotros mismos, después de todo, los que decidimos y no que es la vida misma quien realmente decide. Que patética sensación de falso poder. Parece ser inevitable ya dejarme caer a través de este espiral de maquinaciones perversas en el que me dejaste sumergida. Al menos la tristeza inspira a los artistas... Ay no, ya empezamos con los auto-consuelos baratos.
El amanecer sigue inundando esta ciudad que nunca duerme, mientras yo apago el cigarrillo con el pie -lo admito, tengo la esperanza de apagar también toda mi incertidumbre- . Me planteo regresar y enfrentarme con la valija vacía y meterle todos los recuerdos desparramados, nuestro arte tirado y pisoteado, los sueños incumplibles e incumplidos. 
Y cerrarla, de una vez por todas, cerrarla. 
Yoga, ME REVIVÍS 

martes, 16 de agosto de 2011


"Hay que tomarse un tiempo para comprender 
Que solamente sos lo que sos 
De ahí a todo lo que vos quieras ser, 
Eso ya depende de vos..."
Puede mi infierno ser mucho más fiel, que tu cielo?

domingo, 7 de agosto de 2011

Oficinistas



Son ellos ¿quiénes?


Los que caminan
esclavos de agujas
chocando y chocados,
mirando sin mirar.
Abstraídos,
hablándole al aire
palabras sin sonido.


Son ellos, ¿quiénes?


Los que no andan,
corren;
ansiosos, entrajeados,
encaretados.
Los insatisfechos,
nunca felices y
quejumbrosos...


Son ellos,
somos nosotros.


Son todos,
deseando ser ninguno.
Buscando ser lo que 
nunca serán:
libres.

Shouldn´t we say no?

El destino los tienta con su incierto 
azar al acecho.
Los llama.
Los alienta.
Y de a poco se dejan convencer 
y asisten a la 
inevitable
cita con el diablo.
No deberíamos decir no?
Oponernos a la inmoralidad
insistente,
persistente,
que nos grita
y aturde
con sus promesas de 
placer y secreto.
Ojos que no ven...
Corazón que atormenta.
Y vos, compañero de infidelidades,
me vas a salvar del diluvio?
Deberíamos decir no,
pero este si ya se escapó
de estos traviesos labios
sin dueño.
Y vos, los vas a parar?
Harén: único lugar en el mundo donde no existe la masturbación masculina. Corrección; único lugar en el mundo donde la masturbación masculina es considerada una extravagancia.
                                                             
                                                           Gracias por el Fuego-
                                                                    Mario Benedetti