domingo, 27 de mayo de 2012

"It´s us against the world"

Ella era una soñadora, él un idealista. Y sin buscarse se encontraron, desafiando a su mayor cómplice: la vida. Hasta que solos se enroscaron en el espiral de los pensamientos; los ideales se transformaron en cuestionamientos y los sueños en pesadillas vertiginosamente racionales. Comenzaron a adolecer a la par, compartiendo las lágrimas que resbalan por sus labios vírgenes de mundo, haciéndose compañía en la soledad de la incomprensión, potenciando la caída al vacío y esperando juntos el impacto. 
Masoquismo: la droga del adolescente.
No importaba el volumen de la música, ni la oscuridad del cuarto, ni la violencia de los cuerpos, los ecos de preguntas seguían penetrando sus desamparadas mentes ansiosas de respuestas.
Y de la mano -inconscientes, ajenos, seguros- se van perdiendo en el eterno laberinto del silencio, se consumen en la pasión incomprensible de la vida. 
Hay amores asesinos, y los hay, suicidas.