Se dice de Mariana que, deprimida, es de buen beber. Pero no necesariamente se refieren a bebidas alcohólicas Salvo ciertos deslices, mariana se ahoga en agua. Ayer, sola, se tomó dos termos de mate, sin olvidarnos de su botellita de agua, compañera fiel e infaltable. Dice tener varias teorías sobre su comportamiento, algo así como las justificaciones que su inconsciente busca darle a su compulsiva manía:
El primero se basa en creer que de esta manera logrará disolver los nudos que se encuentran bien acomodados en su garganta, pecho y estómago.
La segunda, consideraba que Mariana lloraba demasiado y con tanta agua buscaba no deshidratarse.
La tercera, en contradicción con la anterior, establecía que mariana no lloraba lo suficiente y tomaba toda esa agua para poder llorar o al menos depurar su cuerpo de tanta angustia.
La cuarta, más romántica, creía que era la manera de mantener su boca
ocupada para que se abstenga de dar los besos que extraña.
La quinta, más poética, consideraba que era la manera de callarse tantas palabras confundidas.
La sexta, más oscura, constaba de creer que mariana buscaba llenar con tanta agua un poco de semejante vacío interior.
O quizás, simplemente tiene sed porque tiene sed y llora porque quiere llorar y se deprime porque esta triste.
Pero ¿no es un poco aburrido vivir por vivir?