El humo inundaba el lugar mientras el churrete giraba aleatoriamente. Comenzaba a sentirme incómodo bajo el percal y haciéndome el distraído me desvestí bajo la mesa.
Cuando salí no supe adonde se había ido,
pero ¿qué podía hacer yo? Lo peor fue que se dejó su percal!
Y yo acá, soñando con un río de coca desembocando en el océano fernet, transpirando amarguras...
Miro el Fernet, lo contemplo, lo admiro, dulce amargura, dulcísima amargura que desarma el alma
que se ahoga en un vaso de penas inexistentes
y no puedo salir.
Porque estaba demasiado apretado ahí adentro,
entonces me salí. Estaba demasiado frío ahí afuera, pero no quería quedarme con ellas.
Por ese motivo hablé en voz alta y dije: Esta vez, no habrá trío.
Ella no comprendía. Se había tomado en serio la publicidad que decía, "porque vos, lo valés".
Ahora estaba confundida, bajando del asunto. Un frío me recorrió la entrepierna, yo pensaba la importancia del momento, y ahí entendí que lo que me faltaba era el percal.
Dos hombrecitos verdes me pasaron el churrete.
Yo venía con toda pero sin querer me había olvidado el percal.
El problema era que no sabía exactamente dónde.
¿Habría sido en la verdulería, en el puerto o en la escuela?
Hhabía sido de noche? Mientras soñaba que venía,
no recordaba nada, pero quería volver a verla, oh si.
Oh si. La sensación de placer recorría mi cuerpo.
Y todo por haberno percatado de la pertinencial del percal!
¿Que habría sido de nosotros si no?
¿Qué habría sido del universo entero?
Tenía tantas preguntas merodeando mis esquinas, que ya tan mareado de todo acudí al trago para olvidar mis pensamientos.
Luego, tranquilo al fin, dormí toda la noche y hasta el mediodía.
¿Y por qué no un día más?
¿Por qué no sentarme en el muelle a contemplar el pasado. gozar el presente y oler el futuro? Total, ¿qué más da?
Si al final, y por más que me pese profundamente, el tiempo pasa y cada día nos vamos volviendo más locos.