-Togas, pelucas, martillos; disfraz habitual de la gente hoy en día. Ojos que persiguen, escrutan, prejuzgan; el inevitable (y nunca extinto) "qué dirán". En una época donde "privacidad" desapareció del diccionario e "impunidad" es moneda corriente, ¿cómo saber qué está bien y qué mal? Todos ejercemos juicios de valor en un mundo dónde ni los valores sobrevivieron.Y me declaro culpable: soy una más de ellos, soy jueza y juzgada, abogada y jurado. ¿El indulto? Con un par de mentiras el espejo nos lo entrega. Y sí, después de todo, todos somos parte de este macabro juicio ¿quién juzga realmente esos crímenes imperceptibles que todos cometemos? ¿Nosotros mismos, nuestro círculo cercano, Dios?--Dejate de giladas, yo estudié y hay un papel que me habilita para ejercer de juez- responde su amigo riéndose del monólogo de su compañera.
Ella suspira mientras un pensamiento final le carcome la cabeza: "Ahora la justicia la otorga un papel".